Las máquinas para la apnea del sueño más efectivas

La CPAP es una de las máquinas para la apnea del sueño más extendidas

La CPAP, una mascarilla que se coloca en el rostro del paciente durante la noche, es una de las máquinas para el tratamiento de la apnea del sueño más utilizadas

¿Irse a dormir significa irse a descansar? Para las personas con apnea del sueño, no. Por suerte, existen una serie de máquinas para la apnea del sueño que pueden marcar un antes y un después en la calidad del sueño y, por consiguiente, en la calidad de vida de los afectados por esta enfermedad.

Este trastorno se caracteriza por el cierre de la vía aérea superior durante el sueño. Un conducto que, normalmente, permanece abierto gracias a la acción de la musculatura de la faringe y los centros respiratorios del cerebro. No obstante, diversos problemas pueden dar pie a colapsos de la vía, provocando interrupciones de la respiración con una duración superior a los diez segundos.

Estos incidentes ocasionan una disminución de los niveles de oxígeno en sangre, cambios de presión intratorácica y diversos microdespertares, que tienen lugar cuando el organismo reacciona a la apnea y se despierta brevemente con el objetivo de coger aire de nuevo.

A veces solo se producen un par de ceses durante toda la noche. Otras, el total puede ascender hasta más de treinta por hora. Cuando el número de episodios es muy considerable, la calidad del sueño se ve afectada y se multiplican los riesgos para la salud.

Es usual que los pacientes con apnea del sueño tengan somnolencia o dificultad para concentrarse durante el día y que se eleve su probabilidad de sufrir accidentes laborales o de tráfico o de padecer depresión, ictus, hipertensión arterial, diabetes tipo 2, arritmias, insuficiencias cardíacas, enfermedades coronarias…

Para tratar estas obstrucciones de la vía aérea se han desarrollado diversas máquinas para la apnea del sueño, que han demostrado su eficacia a la hora de mejorar el descanso y minimizar los riesgos.

Los tres tipos de apnea del sueño

Antes de adentrarnos en las diferentes máquinas para la apnea del sueño resulta fundamental conocer a fondo esta enfermedad. Y es que realmente se pueden distinguir hasta tres clases de apnea del sueño.

La más común es, indudablemente, la apnea obstructiva del sueño (AOS). Según los datos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, este trastorno afecta a 7 millones de españoles. Los nuevos casos, además, no dejan de crecer: a lo largo de la última década se ha registrado un incremento del 45 %, lo que ya convierte a este tipo de apnea en una de las alteraciones del sueño más frecuentes.

En los pacientes con AOS, el problema radica en una relajación de los músculos de la garganta o faringe y un aumento de las resistencias al paso del aire durante la respiración nocturna. Esto se traduce en un cierre o colapso de las vías respiratorias durante la inspiración. Cuando el cerebro se percata, fuerza un breve microdespertar, suficiente para abrirlas de nuevo, pero tan breve que muchas veces no es percibido por la persona afectada.

En la apnea central del sueño el problema se encuentra en el cerebro. Para que los músculos se activen necesitan que el cerebro les envíe una señal. En ocasiones, este no emite las órdenes y, en consecuencia, los músculos no desempeñan su función. Por tanto, en la apnea central no hay esfuerzo respiratorio durante los episodios de apnea. Sin embargo, este tipo es mucho menos habitual.

Por último, se halla la apnea mixta del sueño, la más excepcional de todas. Esta es una combinación de las dos anteriores: no solo se produce una obstrucción de la vía respiratoria superior, sino que el cerebro también falla en la transmisión de las señales necesarias para respirar.

Hay diferentes máquinas para la apnea del sueño en función de las necesidades de cada paciente

La CPAP, el tratamiento más extendido

La mayoría de las veces, la alternativa elegida por los profesionales de la salud para combatir la apnea del sueño es el tratamiento con CPAP (Continuous Positive Airway Pressure o Presión Positiva Continua en la Vía Aérea). Es, sin duda, la más popular de las máquinas para la apnea del sueño.

Está conformada por una mascarilla, conectada mediante un tubo a una máquina que emite aire con una presión positiva de forma constante. Es decir, que la presión del aire que respira el paciente gracias a la máquina es mayor y suficiente para combatir el aumento de resistencias en las vías respiratorias. La mascarilla se sitúa en el rostro a la hora de dormir, cubriendo la nariz o la nariz y la boca, con especial cuidado para evitar que haya fugas. Al recibir aire con una presión estable, las vías respiratorias permanecen abiertas a lo largo de la noche, sorteando así los colapsos.

Por regla general, los especialistas recomiendan la terapia con CPAP cuando el número de apneas por hora es bastante alto, la somnolencia diurna es muy notable o se padecen alteraciones como la hipertensión arterial.

Para que surta efecto, el buen uso resulta absolutamente crítico. Las máquinas para la apnea del sueño no se pueden emplear de manera ocasional, sino que se deben seguir al pie de la letra las indicaciones de los médicos. Idealmente, tendrían que estar conectadas alrededor de seis horas cada noche de manera diaria.

Es importante tener presente que los inicios pueden ser complejos hasta acostumbrarse al dispositivo. La CPAP entraña un período de adaptación que, dependiendo de la persona, podría llegar a ser duro o molesto. Pero el cuerpo se va a acostumbrando poco a poco y, con el paso del tiempo, el aumento de la energía, del descanso y de la productividad es significativo.

Este tratamiento supone, en definitiva, una reducción sustancial de los riesgos y de las complicaciones, así como una mejora general del estado de salud y, en última instancia, de la calidad de vida.

Otras máquinas para la apnea del sueño

Existen otras dos máquinas para la apnea del sueño con un funcionamiento muy similar a la CPAP pero que introducen ligeras diferencias: la APAP y la BiPAP/BPAP.

En lugar de emitir aire de forma constante, la Presión Positiva Automática en la Vía Aérea (APAP), también conocida como Auto CPAP, va variando el flujo a lo largo de la noche, modificando el nivel de presión para reaccionar a los cambios del paciente y adaptarse a sus necesidades en cada momento.

La Presión Positiva Binivel en la Vía Aérea (BiPAP), por su parte, se adapta a la inspiración y a la espiración de los pacientes. Al igual que la anterior, va regulando el aire que emite. En este caso, al inhalar aumenta la presión, y al exhalar la disminuye. Una variación que facilita sensiblemente la respiración y que puede resultar de gran utilidad para personas con determinadas enfermedades o con necesidades concretas.



La elección de las máquinas para la apnea del sueño corresponde a los profesionales, que evaluarán a cada paciente de manera exhaustiva para encontrar la solución más idónea.

Y, en ocasiones, esta solución no pasa por la incorporación de las máquinas para la apnea del sueño. Es entonces cuando entran en escena otro tipo de medidas.

Otros tratamientos para la apnea del sueño

Hay pacientes que no consiguen adaptarse a las máquinas para la apnea del sueño o que, directamente, no son aptos para estas terapias. En estas situaciones, los especialistas podrían recomendar el uso de dispositivos de avance mandibular, muy empleados en los cuadros más leves.

También conocidos como DAM, estos dispositivos se fabrican a medida de cada paciente. Su función consiste en desplazar ligeramente la mandíbula inferior hacia delante, con el fin de evitar el colapso de la faringe con la relajación de los músculos de la vía aérea y atenuar los ronquidos.

En los cuadros más severos y complejos, cuando nada ha dado resultado, podría ser necesario efectuar una cirugía. Los especialistas en Otorrinolaringología con conocimientos en el manejo de la AOS llevan a cabo una endoscopia mediante sedación inducida (DISE) para ver de cerca las alteraciones anatómicas del paciente y decidir qué clase de intervención quirúrgica se debería poner en marcha.

No obstante, la opción de una intervención quirúrgica no es una medida tan habitual, y debe hacerse una selección muy cuidadosa para determinar si las personas son aptas o no. El uso de las máquinas para la apnea del sueño como la CPAP, siempre bajo la supervisión de un profesional, suele resultar clave para luchar contra este trastorno y conseguir que irse a dormir signifique irse a descansar.

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