La mayoría de alteraciones del sueño presenta una serie de síntomas básicos que son comunes a todas ellas:
– Dificultad para dormir, que afecta a la hora de conciliar el sueño, pero también al despertar.
– Cansancio generalizado a lo largo del día y somnolencia diurna.
– Disminución de la energía, el rendimiento y la productividad en las actividades diarias (laborales, empresariales, familiares, sociales…).
Más allá de estos tres síntomas generales, las diversas alteraciones del sueño presentan síntomas específicos que facilitan la detección de los trastornos:
– En el caso de la apnea del sueño, es común padecer ronquidos intensos y continuos.
– El síndrome de las piernas inquietas provoca parestesias que pueden causar un gran dolor a los pacientes.
– El insomnio se manifiesta en la dificultad para dormir, en los continuos despertares nocturnos y en la prontitud a la hora de despertarse.
– Los problemas de hipersomnia se pueden detectar por un aumento notable del sueño.
– Mientras que, a la hora de hablar de la parasomnia, nos encontramos con síntomas como el dolor de mandíbula (bruxismo), emitir sonidos sin significado (somniloquia) o la imposibilidad de mover el cuerpo (parálisis del sueño).