Rehabilitación vocal a causa de nódulos o pólipos

Durante el proceso de rehabilitación vocal, el paciente aprende a identificar y corregir los hábitos que provocaron la lesión

La rehabilitación vocal es clave para recuperar la voz tras nódulos o pólipos, prevenir recaídas y mejorar la calidad vocal de forma duradera

La voz es una parte de nosotros que a menudo damos por sentada… hasta que falla. Y cuando eso ocurre, nos damos cuenta de lo importante que es para relacionarnos, trabajar o simplemente expresarnos. En la consulta del Dr. Miguel Mayo, es muy frecuente escuchar a pacientes que dicen: «Ya no me reconozco cuando hablo» o «me cuesta mantener una conversación sin quedarme ronco».

Y es que los nódulos y pólipos en las cuerdas vocales son más comunes de lo que parece. Son lesiones benignas, sí, pero pueden cambiar por completo la forma en la que usamos nuestra voz.

Afortunadamente, la rehabilitación vocal ofrece una solución eficaz y respetuosa con la fisiología natural de la laringe.

Qué son y por qué aparecen los nódulos y pólipos

Los nódulos vocales suelen ser pequeños, duros y aparecen a ambos lados de las cuerdas vocales, como si fueran «callos» provocados por el roce constante.

Los pólipos, en cambio, son más blandos, de aspecto más carnoso, y suelen aparecer en un solo lado. Ambos pueden alterar la vibración de las cuerdas y hacer que la voz suene ronca, velada o entrecortada.

El Dr. Mayo lo explica de una manera muy gráfica: «La voz es como un instrumento musical. Si una cuerda está inflamada o tiene una pequeña lesión, todo el sonido cambia. Por eso, no basta con descansar o esperar a que se pase; hay que aprender a tocar de nuevo el instrumento correctamente».

Estas lesiones suelen aparecer por un mal uso de la voz: hablar demasiado fuerte, gritar, cantar sin técnica o hacerlo durante muchas horas seguidas. También influyen factores como el estrés, la falta de descanso o incluso el reflujo gastroesofágico.

Por eso, en el equipo del Dr. Mayo, el abordaje siempre es integral, teniendo en cuenta tanto la causa médica como los hábitos del paciente.

La rehabilitación vocal, el camino hacia la recuperación

La rehabilitación vocal no consiste únicamente en «hacer ejercicios». Es un proceso de reeducación que enseña a hablar, respirar y proyectar la voz sin dañarla. En la mayoría de los casos, este tratamiento evita pasar por quirófano y logra resultados duraderos.

Además, el cambio que experimentan los pacientes va más allá de lo físico. Recuperar la voz también significa recuperar la seguridad, la confianza y, en muchos casos, la identidad.

«Hay personas que lloran la primera vez que se escuchan bien después de semanas de ronquera», comenta el Dr. Mayo. «Y es que la voz es mucho más que un sonido: es parte de quiénes somos».

Durante el proceso de rehabilitación vocal, el paciente aprende a identificar y corregir los hábitos que provocaron la lesión.

Por ejemplo, un maestro que eleva la voz para hacerse oír, o un cantante que no calienta adecuadamente antes de ensayar. Poco a poco, y con la ayuda de un logopeda especializado en voz, va redescubriendo la manera más natural y eficiente de usar su aparato fonador.

Cómo se lleva a cabo el tratamiento

En la rehabilitación vocal, cada detalle cuenta. Por eso, el tratamiento comienza siempre con una valoración completa del estado de las cuerdas vocales, la técnica de fonación y los factores de riesgo asociados.

El Dr. Mayo y su equipo realizan estudios como la laringoscopia o la estroboscopia, que permiten observar en detalle el movimiento de las cuerdas.

Después llega la fase educativa: el paciente aprende qué hábitos debe cambiar y cómo cuidar su voz en el día a día. Se trata de cosas tan sencillas —y tan importantes— como mantener una buena hidratación, no hablar por encima del ruido ambiental o evitar carraspear constantemente.

La parte más activa del proceso es la terapia logopédica. Aquí se trabaja la respiración diafragmática, la postura y la resonancia.

No hay ejercicios universales: cada voz es única, y la terapia se adapta a las características del paciente. A veces se empieza con sonidos suaves, casi como un murmullo; otras, se utiliza la técnica del tubo de resonancia, que ayuda a equilibrar la presión del aire y relajar las cuerdas.

Finalmente, se realiza un seguimiento a medio plazo. Y no solo para comprobar que la lesión ha desaparecido, sino para asegurarse de que la nueva manera de hablar se ha consolidado. Porque al final, rehabilitar la voz es también aprender a cuidarla de por vida.

Cuándo se necesita cirugía

No todos los casos pueden resolverse solo con rehabilitación vocal. Cuando los pólipos en las cuerdas vocales son grandes, antiguos o resistentes al tratamiento conservador, puede ser necesario recurrir a una microcirugía laríngea.

Este procedimiento, que se realiza bajo anestesia general, permite eliminar la lesión con precisión milimétrica.

Sin embargo, el trabajo no termina ahí. «La cirugía resuelve el problema físico, pero no el hábito que lo causó -subraya el Dr. Mayo-. Por eso, siempre insistimos en continuar con la rehabilitación después de la operación».

Y es que, si el paciente no aprende a usar bien su voz, es muy probable que el problema reaparezca. La combinación de cirugía más reeducación vocal es, en muchos casos, la fórmula que garantiza resultados estables y duraderos.

Recomendaciones para cuidar la voz y prevenir recaídas

La prevención es, sin duda, la mejor medicina. Una vez completada la rehabilitación vocal, el objetivo es mantener una voz sana y equilibrada.

Algunas recomendaciones que el Dr. Mayo y su equipo comparten con frecuencia incluyen hidratarse adecuadamente, evitar los ambientes con humo, descansar la voz tras jornadas exigentes y no forzarla en lugares ruidosos.

También es importante ser conscientes de que factores como el estrés o el cansancio afectan directamente la voz.

Hablar relajado, respirar bien y escuchar las señales del propio cuerpo puede marcar la diferencia entre mantener la voz sana o volver a caer en el mismo error.

Además, pequeños hábitos como calentar la voz antes de una exposición o clase, o hacer pausas durante el día, ayudan más de lo que parece.

En definitiva, cuidar la voz es un acto de responsabilidad, especialmente para quienes dependen de ella profesionalmente.

La voz como reflejo de quiénes somos

Más allá de lo médico, la rehabilitación vocal tiene un componente profundamente humano. Recuperar la voz no solo es volver a hablar bien, es volver a sentirse uno mismo.

Muchos pacientes llegan al consultorio con frustración o tristeza, pero poco a poco, al escuchar su voz más limpia y fuerte, recuperan también la confianza y la serenidad.

Como dice el Dr. Miguel Mayo, «cada voz es una historia. Y cuando ayudamos a una persona a recuperarla, no solo sanamos su garganta: ayudamos a que vuelva a contar su historia con libertad».

Esa es, al final, la esencia del trabajo del equipo del Dr. Mayo: acompañar al paciente no solo en el proceso médico, sino en el camino emocional que supone volver a reconocerse en su propia voz.

Porque rehabilitar la voz es, de alguna manera, rehabilitar una parte de la vida.

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