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Los riesgos de la operación de nódulos vocales son mínimos y pueden controlarse con una buena atención antes, durante y después de la cirugía
Disfonía, molestias al hablar, fatiga vocal, dolor en la garganta… Los nódulos en las cuerdas vocales distorsionan la voz y suponen un grave problema laboral para los profesionales que la usan intensivamente en su trabajo.
Si te han detectado nódulos y estás considerando someterte a una cirugía para extraerlos, seguramente te preocupe conocer de antemano cuáles son los riesgos de la operación de nódulos vocales y qué puedes hacer para evitarlos en la medida de lo posible.
Este tipo de cirugía se realiza con frecuencia, suele tener pocas complicaciones y, en general, son de carácter leve. Aunque el riesgo cero no existe, la elección de un cirujano experimentado y la implicación del paciente en la recuperación de la voz ayudan a minimizar secuelas y complicaciones.
A continuación, repasamos los puntos clave que contribuyen a reducir los riesgos de la operación de nódulos vocales en cada fase del proceso: antes, durante y después de la cirugía.
1. Asegurar un diagnóstico preciso
Un diagnóstico preciso es esencial para determinar la gravedad de los nódulos y valorar la necesidad y los riesgos de la operación de nódulos vocales en el caso particular de cada paciente.
Para empezar, no siempre es necesario recurrir a la cirugía para eliminar los nódulos vocales. Si se detectan pronto, es posible revertir el daño y recuperar la voz con reposo, terapia vocal y medicación, sin necesidad de una intervención quirúrgica.
Los nódulos en las cuerdas vocales son como los callos en la piel: tejido endurecido por la fricción, en este caso, de una cuerda con la otra al forzar la voz o usarla sin descanso. Al igual que las callosidades, pueden desaparecer por sí solos al cesar las prácticas que causaban tensión en las cuerdas vocales.
Sin tratamiento, van creciendo y endureciéndose hasta provocar un engrosamiento permanente de las cuerdas vocales cuya única solución es la cirugía para extirpar el tejido dañado. Por ello, es importante distinguir los síntomas de los nódulos en las cuerdas vocales y buscar el consejo médico de un especialista en otorrinolaringología lo antes posible.
En consulta, el otorrinolaringólogo puede observar las cuerdas vocales con precisión mediante una laringoscopia, una pequeña cámara que se introduce con un tubo flexible por la boca. Una prueba similar, la estroboscopia, añade una fuente de luz intermitente que permite ver el movimiento de las cuerdas vocales en mayor detalle, como si fuese a cámara lenta.
Con los resultados en la mano, tu otorrinolaringólogo de confianza puede explicarte la situación concreta de tus cuerdas vocales y valorar conjuntamente las ventajas y los riesgos de la operación de nódulos vocales antes de decidir si debes someterte a la cirugía.
2. Operar con técnicas mínimamente invasivas y tecnología puntera
Hoy en día, la extracción de nódulos en las cuerdas vocales se realiza mediante microcirugía laríngea, una técnica mínimamente invasiva que reduce considerablemente los riesgos de la operación de nódulos vocales.
Toda la intervención se efectúa de forma endoscópica a través de la boca. Se coloca un tubo hasta la laringe a través del que se introduce una pequeña cámara de alta definición y el instrumental. También se puede realizar con microscopio.
El uso del láser quirúrgico de CO2 permite cortar y eliminar los nódulos con mayor precisión, sin afectar tejido circundante y favoreciendo la cauterización del tejido.
Este procedimiento elimina la necesidad de realizar incisiones externas y disminuye dramáticamente el riesgo de sangrado e infecciones.
La microcirugía laríngea se realiza bajo anestesia general para garantizar que el paciente esté totalmente inmóvil durante la intervención, que puede durar ente 30 y 90 minutos, dependiendo de la gravedad de los nódulos. En casos seleccionados, puede realizarse bajo anestesia local o sedación.
Para llegar en las mejoras condiciones a quirófano y reducir los riesgos de la operación de nódulos vocales, sigue las recomendaciones preoperatorias de tu cirujano. Por lo general, es necesario ayunar horas antes, mantener una buena hidratación y evitar forzar la voz para no inflamar más las cuerdas vocales.
3. Elegir un cirujano experimentado
Ponerse en manos de un cirujano otorrinolaringólogo con experiencia en tratar patologías de la voz añade un plus de seguridad y reduce los riesgos de la operación de nódulos vocales.
Por un lado, habrá ganado en precisión a la hora de realizar la resección de los nódulos sin causar daños a las cuerdas vocales y otros tejidos.
Por otro, podrá reaccionar con mayor efectividad ante posibles complicaciones que surjan durante la intervención.
Además, es menos probable que cause «daños colaterales» por el uso del instrumental quirúrgico en el paladar, la lengua, los labios o los dientes.

Así y todo, por muy excelente que sea el cirujano y su equipo, hay ciertas molestias que son inevitables tras una microcirugía laríngea. Es normal sentir molestias al tragar que deberían desaparecer en uno o dos días y dolor leve que puede controlarse con analgésicos.
4. Reposar la voz en el postoperatorio
Uno de los riesgos de la operación de nódulos vocales más temidos es la alteración permanente en el tono de la voz. Esto puede ocurrir si se produce un daño en las cuerdas durante la intervención o en las horas posteriores.
Para evitarlo, es imprescindible mantener un reposo absoluto de la voz durante los primeros días para no irritar la zona recién operada y permitir una buena cicatrización.
No se debe hablar, ni siquiera en voz baja, y es esencial evitar, en la medida de lo posible, la tos y los estornudos, así como el carraspeo, aunque es habitual sentir que hay algo molesto en la garganta.
Por lo demás, no hay grandes limitaciones. Se recomienda tomar una dieta blanda el primer día tras la cirugía, no fumar, beber abundantes líquidos templados y mantener una buena higiene bucal para evitar infecciones.
En unos 5-7 días después de la cirugía, la membrana mucosa que recubre las cuerdas vocales ya debería haberse regenerado. Tras la valoración del otorrinolaringólogo, se puede retomar el uso de la voz de forma gradual.
5. Cumplir con la rehabilitación vocal (antes y después de la cirugía)
La rehabilitación vocal es un paso clave, tanto antes como después de la cirugía, para reducir los riesgos de la operación de nódulos vocales y evitar recaídas.
Antes de la cirugía, realizar terapia vocal preoperatoria ayuda a:
- reducir la inflamación y el tamaño de los nódulos.
 - optimizar la técnica vocal antes de la intervención;
 - y en algunos casos, evitar la cirugía si la mejoría es suficiente.
 
Además, una buena preparación vocal antes de la operación facilita la recuperación y mejora los resultados postoperatorios.
Después de la cirugía, una vez curadas las cuerdas vocales, comienza la fase de rehabilitación definitiva con un logopeda especializado. Esta etapa busca un doble objetivo:
- Recuperar la calidad y funcionalidad de la voz tras la intervención.
 - Aprender técnicas de fonación, respiración y proyección para evitar recaídas.
 
Como hemos visto, los nódulos vocales surgen como resultado de malos hábitos en el uso de la voz que generan tensión y fricción. Por lo tanto, aprender a usar la voz de correctamente es esencial para evitar la reaparición de nódulos u otras lesiones en las cuerdas vocales, como pólipos. Por eso, la rehabilitación vocal es fundamental para asegurar un resultado duradero y estable.
								
															

