Además de algo molesto, el líquido en el oído puede ser síntoma de una patología en el oído medio
Existen pocas cosas más incomodas que la de líquido o taponamiento en el oído. La sensación en el conducto auditivo puede deberse a múltiples factores y no todos son malos. El motivo más común es la secreción de cerumen, que mantiene el oído limpio y saludable. Pero, ¿existen otros problemas que pueden llegar a ser graves para el oído del paciente?
La respuesta es clara, sí. El líquido en el oído puede ser síntoma de graves problemas para las personas, ya que estas secreciones pueden ir desde agua que se ha quedado acumulada después de bañarse hasta pus o incluso sangre.
Es importante que mantengamos una correcta higiene de nuestros oídos para evitar este tipo de dolencias. Pero, si ya es tarde, es importante que se acuda a un especialista en Otorrinolaringología para que examine y determine si estas secreciones pueden ser motivos de problemas mayores.
Debemos diferenciar donde se produce esa sensación de taponamiento, en el oído externo (el conducto auditivo) o el oído medio (detrás del tímpano). En función de la localización, se podrán realizar unos tratamientos u otros.
Otitis media secretora, una de las causas de líquido en el oído
Vamos a empezar hablando de una enfermedad que afecta al oído medio, detrás del tímpano. Se trata de la otitis media secretora. Puede ser derivada de una mala curación de la otitis media aguda o una persistencia de la inflamación después de la infección. En la mayoría de los casos, es una secreción excesiva como consecuencia de un resfriado lo que produce este líquido en el oído.
Es normal que lo mocos en el oído no causen dolor. Por este motivo, es aconsejable acudir a un especialista en Otorrinolaringología siempre que uno sienta un taponamiento, pérdida de capacidad auditiva o cualquier tipo de molestia en el oído. Ha de tenerse especial cuidado cuando estos síntomas vengan acompañados por secreción de líquido en el oído u otorragias, un sangrado en uno o varios oídos.
Los viajes en avión y el submarinismo deben evitarse si es posible, ya que se asocian a cambios de presión en el oído. Si no se puede evitar el viaje en avión, es recomendable masticar alimentos o comer para facilitar la apertura de la trompa de Eustaquio. Este conducto une el oído medio con la nariz, favoreciendo la igualación de presiones.
Existen diferentes métodos para acabar con esta otitis media secretora y con el líquido en el oído, aunque generalmente se cura por sí sola al cabo de 2 o 3 semanas. En caso de que persista la secreción de líquido en el oído será necesario acudir al especialista en Otorrinolaringología para recurrir a la cirugía.
La miringotomía, clave para eliminar el líquido en el oído
Cuando el líquido no se elimine por sí mismo en el plazo de dos o tres semanas es el momento de plantear técnicas para eliminarlo. Una de las más comunes es la miringotomía. Esta técnica está basada en la realización de una diminuta incisión en el tímpano.
Durante este proceso, se aspirará el moco acumulado en el oído medio a través de la incisión y se podrá utilizar un tubo de timpanostomía para mantener esa comunicación y ayudar a la ventilación del oído, aliviando así los problemas del paciente. También es habitual que durante este proceso se realice la maniobra de Valsalva, que se trata de realizar el esfuerzo de exhalar sin dejar que se escape aire por la boca o por la nariz.
La maniobra de Valsalva tiene como resultado un notable aumento de la presión dentro del espacio interior de las vías respiratorias y espacios conectados con ellas, tales como las trompas de Eustaquio y el oído medio.

El cuidado y la prevención son esenciales para evitar líquido en el oído externo
Es muy importante mantener una correcta higiene y cuidado de nuestro cuerpo y esto incluye a nuestros oídos. Además, con la llegada del verano y las altas temperaturas aumenta el tiempo que pasamos en el agua en playas y piscinas, por lo que también aumenta el riesgo de otitis y otras enfermedades del oído.
Los más pequeños de la casa son aquellos que más problemas de otitis acusan en la temporada estival, ya que son los que más tiempo pasan en el agua en las largas jornadas de playa o piscina. Los adultos han de ser cuidadosos con la higiene en los oídos de los niños debido a que, en ocasiones y al no sentir dolor, no se quejaran de molestias como líquido en el oído o taponamiento.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 360 millones de personas en el mundo viven con una pérdida auditiva discapacitante. Aunque el oído tiene su propio sistema de limpieza y protección, no debemos de olvidar mantener una prevención sobre el mismo.
En primer lugar, un correcto lavado durante las duchas y un posterior secado nos ayudarán a tener unos oídos limpios y sanos. Es recomendable no utilizar bastoncillos de algodón para el secado y dejarlos solo para secar el pabellón auditivo. Es mejor utilizar la propia toalla o una gasa.
Pero el cuidado y la prevención no se quedan solo en mantener una constante limpieza de la zona. Es importante que tengamos cuidado a la hora de utilizar ciertos objetos en nuestros oídos.
La proliferación del uso de los auriculares es uno de los puntos en los que tenemos que tener especial cuidado. No debemos abusar del tiempo de uso de los mismos y controlar el volumen al que los utilizamos. Por otro lado, es recomendable evitar lugares en los que haya ruido excesivo para evitar tener problemas de audición.
Los especialistas tampoco recomiendan los lavados con jeringas de manera sistemática o rutinaria, ya que podemos dañar el tímpano y favorecer la aparición de infecciones.
Es muy importante acudir a un especialista tan pronto tengamos síntomas o problemas de oído o audición. Un diagnóstico temprano, localizando el problema, ayudará enormemente a la recuperación y a que las complicaciones no aumenten de forma exponencial con el paso de los días.