La miringotomía para otitis media es una intervención sencilla y eficaz para tratar cuadros persistentes o recurrentes. Conoce en qué consiste, cuándo se recomienda y qué resultados ofrece en adultos y niños
Hay personas que conviven con una molestia constante en el oído. Esa sensación de presión, de no escuchar bien lo que ocurre a su alrededor o de tener el oído «taponado» que va y viene. Una incomodidad perenne que en ocasiones mejora, y en otras no tanto. Es ahí, cuando las infecciones se repiten una y otra vez, cuando el cuerpo —y la paciencia— acaban pidiendo una solución más definitiva.
En esos casos, la miringotomía para otitis media puede marcar un antes y un después.
Este procedimiento médico consiste en una pequeña intervención que, sin grandes complicaciones, logra algo muy importante: devolver al oído su equilibrio natural.
El Dr. Miguel Mayo y su equipo, especialistas en Otorrinolaringología en A Coruña, Lugo y Ferrol, explican que este procedimiento se indica solo cuando realmente aporta valor al paciente, tras una evaluación completa y personalizada.
Porque la verdad es que la cirugía no siempre es necesaria, pero cuando lo es, los resultados suelen notarse desde el primer día.
Qué es una miringotomía y por qué puede ayudar
La miringotomía es una pequeña incisión que se realiza en el tímpano para permitir que salga el líquido retenido en el oído medio. Ese líquido —que muchas veces es moco o secreción serosa— puede acumularse tras una infección o incluso sin ella, generando una presión molesta, pérdida de audición y una sensación constante de oído tapado.
En algunos casos, además, se coloca un diminuto tubo de ventilación, casi imperceptible, que mantiene el oído aireado y evita que el problema vuelva a repetirse. Es como si al oído se le diera una «válvula de escape» que le permite respirar con normalidad.
«El objetivo no es solo quitar el líquido, sino restaurar la función del oído y prevenir nuevas infecciones -explica el Dr. Mayo-. Cuando se indica bien, la miringotomía mejora la audición y la calidad de vida del paciente de forma notable».
Cuándo se recomienda una miringotomía para otitis media
No todas las otitis terminan en quirófano, ni mucho menos. La mayoría se curan con antibióticos, antiinflamatorios o incluso de forma espontánea. Pero hay casos en los que la inflamación del oído medio se vuelve persistente o recurrente, y es en ese momento cuando el especialista puede plantear una miringotomía para otitis media.
Suele indicarse cuando el líquido en el oído no desaparece tras varias semanas, cuando las infecciones son tan frecuentes que afectan al descanso o al rendimiento, o cuando la pérdida auditiva empieza a interferir en la vida diaria.
En los niños, esto se traduce muchas veces en retrasos en el desarrollo del lenguaje, falta de atención o problemas escolares. En adultos, en cambio, el problema suele estar relacionado con una disfunción de la trompa de Eustaquio, sinusitis crónica o episodios de otitis media serosa que no responden al tratamiento médico.
«En cada paciente buscamos la causa. La cirugía es el último paso, pero cuando llega ese momento, suele ser liberador», señala el Dr. Mayo.
Así se realiza el procedimiento
La miringotomía para otitis media es una intervención rápida, de apenas 15 minutos, y con una recuperación muy sencilla. En adultos se suele realizar con anestesia local; en niños, con anestesia general breve, para garantizar que todo se haga con precisión y sin molestias.
Durante el procedimiento, el otorrinolaringólogo visualiza el tímpano con un microscopio, realiza una incisión mínima y aspira el líquido retenido. Si es necesario, se coloca el pequeño tubo de ventilación, que se mantiene entre 6 y 12 meses antes de caer de forma natural.
Lo habitual es que el paciente vuelva a casa el mismo día. Muchos notan la diferencia casi de inmediato: la presión desaparece, los sonidos se vuelven más nítidos y la sensación de alivio es inmediata.
«Hay niños que al día siguiente escuchan sonidos que llevaban meses sin percibir, y adultos que describen la sensación como si se les hubiera destapado el mundo», relata el Dr. Mayo con una sonrisa.
Qué beneficios tiene la miringotomía para otitis media
Los beneficios de este procedimiento son especialmente visibles para aquellas personas con estos problemas de oído. La audición mejora de forma casi inmediata, el dolor y la presión desaparecen, y las infecciones se vuelven mucho menos frecuentes. Además, se reduce el uso de antibióticos, algo importante tanto para la salud individual como colectiva.
Pero más allá de las cuestiones de naturaleza clínica, hay un beneficio que no siempre se menciona y que está ahí, latente, perceptible para el paciente y su entorno: el bienestar emocional. Recuperar la audición, poder dormir sin molestias o no tener miedo de que el niño vuelva a despertarse con dolor de oído… todo eso tiene un impacto enorme en la vida diaria.
En los adultos, la miringotomía para otitis crónica también ayuda a controlar el zumbido, la sensación de eco o de «oído lleno» que tanto incomoda en el día a día. En los niños, facilita el desarrollo del lenguaje y la atención en clase. Es, al final, una mejora tangible en la calidad de vida.
Posibles efectos secundarios y cuidados tras la cirugía
Como toda intervención, la miringotomía para otitis media tiene posibles efectos secundarios, aunque son poco frecuentes y suelen resolverse fácilmente. Puede haber una ligera molestia o un poco de sangrado durante las primeras horas, y en raras ocasiones puede producirse una pequeña infección o que el tubo se salga antes de tiempo.
Por eso, el seguimiento médico es esencial. Tras la cirugía, se recomienda evitar que entre agua en el oído (sobre todo al bañarse o nadar), seguir el tratamiento pautado y acudir a las revisiones periódicas.
En la mayoría de los casos, la recuperación es tan rápida que el paciente puede volver a su rutina normal en apenas 24 horas. Y en los niños, los padres suelen notar cambios sorprendentes: duermen mejor, están más atentos y escuchan con una claridad que antes no tenían.
«La clave está en el control posterior. No es una cirugía que se hace y se olvida; requiere acompañamiento y revisión», insiste el especialista en Otorrinolaringología.
Diferencias entre la miringotomía en niños y adultos
Aunque la técnica es prácticamente la misma, el contexto y los objetivos varían según la edad. En los niños, la miringotomía para otitis serosa se indica con frecuencia porque su anatomía —trompas de Eustaquio más cortas y horizontales— facilita la acumulación de líquido. Además, sus defensas aún están madurando, lo que hace más fácil que las infecciones reaparezcan.
En los adultos, en cambio, la cirugía suele tener un propósito más funcional, orientado a resolver un problema crónico de ventilación del oído medio o aliviar síntomas persistentes. Los tubos de drenaje pueden permanecer más tiempo y, en ocasiones, se complementan con otros tratamientos como la adenoidectomía o la corrección de alteraciones nasales.

Lo importante, en todos los casos, es el diagnóstico previo. No se trata solo de abrir el tímpano, sino de entender por qué se acumula ese líquido y evitar que el problema vuelva a repetirse.
El papel del especialista: diagnóstico, confianza y seguimiento
Detrás del éxito de cada miringotomía para otitis media hay una buena valoración médica. Antes de recomendarla, el otorrinolaringólogo estudia el caso en profundidad: explora el oído, realiza una timpanometría, analiza las posibles causas subyacentes y valora cómo afecta el problema al día a día del paciente.
Lo detalla de forma muy concisa el Dr. Miguel Mayo: «Cada oído cuenta una historia distinta. No hay dos otitis iguales, y por eso cada decisión debe tomarse con calma y con información clara».
Este enfoque cercano y personalizado es la base del trabajo del equipo del Dr. Miguel Mayo. No se trata solo de operar, sino de acompañar a los pacientes en todo momento. De explicar, de escuchar las dudas y de asegurar que se sientan tranquilos y comprendidos en cada paso del proceso.
Una pequeña intervención que puede transformar la vida
La miringotomía para otitis media es una técnica sencilla, segura y muy eficaz. Puede parecer un gesto mínimo —una incisión de apenas milímetros—, pero el resultado puede ser enorme: menos infecciones, mejor audición y una sensación real de bienestar.
Tanto en niños como en adultos, cuando está bien indicada, ofrece una mejora clara y duradera. En la práctica del Dr. Miguel Mayo, este procedimiento se aborda siempre desde la prudencia, con la mirada puesta en el beneficio real del paciente.
Y es que, al final, no se trata solo de curar una otitis. Se trata de devolver algo tan esencial como la tranquilidad, el descanso y el sonido limpio de la vida diaria.


