El lifting facial, la operación para las arrugas que rejuvenece el rostro

La operación para las arrugas ayuda a conseguir un rostro más juvenil

La operación para las arrugas logra corregir la caída de los tejidos, acabando con los signos del envejecimiento para conseguir un rostro más juvenil

El reloj corre para todos. Incluso para nuestra piel. El paso del tiempo se suma a los factores genéticos, el estrés, la exposición solar, el sedentarismo o la mala alimentación, dejando su huella en el rostro y acentuando todavía más el envejecimiento natural que nos afecta a todos. Conforme avanzan los años, el cutis va perdiendo elasticidad y las arrugas se van abriendo camino, especialmente en las áreas cercanas a la boca, la nariz, los ojos y el cuello, donde se manifiestan con mayor evidencia.

La operación para las arrugas nace precisamente para tratar de frenar esta caída y pérdida de sostén natural de los tejidos. Por tanto, las personas que se someten a esta cirugía buscan recuperar la firmeza de su rostro y definir su contorno facial.

La ritidectomía, conocida popularmente como lifting facial, es uno de los procedimientos de cirugía plástica más demandados en los últimos años. Según la ISAPS (International Society of Aesthetic Plastic Surgery), tan solo en el 2022 se llevaron a cabo más de medio millón de intervenciones de este tipo.

Este procedimiento combate de manera directa los signos del envejecimiento, como las arrugas y la flacidez, para conseguir un rostro más juvenil, firme y revitalizado y restar unos años a su apariencia. Es una intervención muy efectiva que se ha vuelto muy popular no solo entre la población femenina, sino también entre los pacientes masculinos, sobre todo a partir de los 45 o los 50 años.

Cómo se lleva a cabo la operación para las arrugas

La operación para las arrugas va mucho más allá de un simple estiramiento de la piel. No es posible corregir de manera adecuada la caída de los tejidos sin reacomodar la grasa y los músculos faciales.

Es necesario diferenciar entre el lifting tradicional y el lifting Deep Plane, en el que se trabajar el rostro en un nivel anatómico mucho más profundo. Esta nueva técnica permite suspender y dar elasticidad de manera natural sin provocar esa sensación de excesiva tensión en la piel que a menudo ocurre con el lifting tradicional.

Esta técnica de Deep Plane permite recuperar la elasticidad en todos los tejidos de la cara, desde los surcos nasogenianos, los pómulos, el contorno mandibular y el cuello, hasta los surcos más profundos. Además, sus resultados son mucho más duraderos que con el lifting tradicional.

A pesar de que pueda parecer que se trabaja en un plano más profundo, y que esto podría ser más agresivo, todo lo contrario. Al trabajar los tejidos en conjunto, desde los ligamentos y la musculatura hasta la misma piel, el reposicionamiento realizado en quirófano es mucho más respetuoso con la biología, obteniendo un rejuvenecimiento natural y preservando la expresión y personalidad de las facciones.

El lifting facial también es conocido como operación para las arrugas

Otros tipos de lifting

Si bien es una de las intervenciones más conocidas, hay un mundo más allá del lifting facial. La operación para las arrugas también puede poner el foco en algunas zonas más específicas. Así surgen el lifting frontal (centrado en la frente), el lifting temporal (centrado en las áreas alrededor de los ojos y la elevación de las cejas) y el lifting cervical (centrado en el cuello).

En algunas ocasiones, la operación para las arrugas se practica de modo conjunto con otras cirugías como la blefaroplastia (una operación que permite eliminar las bolsas de los ojos o la piel sobrante de los párpados) o la rinoplastia (una operación que permite modificar la estructura de la nariz), con el objetivo de conseguir un rostro más joven, vital o armónico.



La recuperación tras la operación para las arrugas

El postoperatorio es, indudablemente, otro de los momentos más críticos en cualquier operación para las arrugas. Se trata de un proceso sensible y delicado, durante el cual resulta de capital importancia seguir al pie de la letra las indicaciones de los médicos. Solo así se podrá acelerar la recuperación para disfrutar cuanto antes de los resultados.

La ventaja del Deep Plane es que, al no precisar una gran disección de la piel, supone una menor presencia de morados y hematomas e inflamación. En muchas ocasiones se venda la cabeza de la persona intervenida o se colocan unas suturas especiales hemostáticas con el fin de proteger la zona y favorecer la adhesión de los tejidos durante 1 o 2 días.

No es usual experimentar dolor: los pacientes suelen sentir un leve malestar, que no tarda en desaparecer.

Las personas intervenidas suelen recibir el alta al día siguiente o pasados dos días tras la operación para las arrugas, en función de su estado. Conforme avanzan los días, pueden ir retomando poco a poco su ritmo de vida normal. Este procedimiento nos permite que los pacientes puedan volver a su vida normal entre una semana y diez días, aunque en algunos casos puede prolongarse hasta 1 mes alcanzar la recuperación total, así como la reincorporación laboral.

Durante este período se fijan varias citas con los especialistas, en las cuales se retirarán los puntos y se comprobará que todo está en orden. Para agilizar el proceso de sanación, es esencial que los pacientes cumplan con las recomendaciones de los doctores.

Generalmente, se aconseja dormir hacia arriba con la cabeza elevada y evitar el tabaco, la exposición solar y las actividades que puedan suponer un esfuerzo físico considerable.

Si se cumplen todas las indicaciones, es posible lucir un rostro joven en muy poco tiempo.

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