¿Qué debo hacer si tengo mucosidad en los oídos?

La miringotomía es uno de los tratamientos más efectivos contra la mucosidad en los oídos

Cuando los remedios caseros no bastan para poner fin a la mucosidad en los oídos puede ser necesario someterse a intervenciones quirúrgicas como la miringotomía

Infecciones, reacciones alérgicas, disfunción de la trompa de Eustaquio… Hay multitud de circunstancias que pueden ocasionar la aparición de una compañera indeseada: la mucosidad en los oídos. Un problema que puede llegar a ser muy molesto y que, si no se consigue solucionar, podría requerir la intervención de un especialista en Otorrinolaringología.

Para comprender cómo se origina esta afección, que también recibe el nombre de otitis serosa u otitis media secretora, es imprescindible conocer el funcionamiento de la trompa de Eustaquio. Este conducto, que conecta la faringe con el oído medio, este último puede, nos permite mantener una presión del aire dentro del oído similar a la presión atmosférica.

Como consecuencia, por ejemplo, de un resfriado, la trompa de Eustaquio puede inflamarse. Esto provocaría la obstrucción de la salida natural de la mucosidad del oído. En los niños se dan unas condiciones especiales como que esta trompa es más corta y horizontal, lo que facilita la entrada de secreciones o patógenos provenientes de la faringe, y suele tener una mayor inflamación y obstrucción en su salida debido a las adenoides (las famosas vegetaciones). Este es el motivo por el que, aunque la mucosidad en los oídos es frecuente en todas las edades, su incidencia crece especialmente entre los más pequeños.

En definitiva, todos estos factores pueden afectar al equilibrio de presiones, dificultando el drenaje de los líquidos y dando pie a la acumulación de mucosidad en los oídos.

Cómo detectar la mucosidad en los oídos

Diagnosticar los mocos en el oído no siempre es una tarea sencilla. El síntoma más común es una leve pérdida de audición, así como la sensación de taponamiento. Como no suelen generar dolor, muchas veces los niños no se quejan, lo que obstaculiza su detección.

Por esta razón, es conveniente acudir a la consulta de un profesional de la salud cuando se experimenta cualquier tipo de molestia, aparecen secreciones en el oído o aumentan las dificultades para entender las conversaciones. En los niños, un mal rendimiento escolar o un retraso en el lenguaje podrían ser los síntomas de una otitis media serosa.

Los médicos procederán a realizar una exploración del oído con la ayuda de un otoscopio, con el fin de dilucidar si existe o no mucosidad en los oídos. Asimismo, pueden efectuar otras pruebas como la otomicroscopía, la audiometría o la timpanometría, orientadas a confirmar el diagnóstico, determinar la gravedad de la situación y seleccionar el tratamiento más adecuado.

Trucos para acabar con la mucosidad en los oídos

En un gran porcentaje de los casos no es necesario iniciar ningún tipo de tratamiento, dado que la otitis media secretora desaparece de forma natural con el paso del tiempo. En estas ocasiones, el especialista se limita a supervisar su evolución en controles periódicos.

De todos modos, la mucosidad en los oídos puede generar diversas molestias en los pacientes y afectar a su calidad de vida. Para estas personas, eliminarla rápidamente se convierte en una prioridad. Y es posible aplicar sencillos trucos para favorecer su expulsión.

Entre ellos, podemos destacar los lavados nasales con soluciones salinas. Un método que no solo resulta eficaz para destapar la nariz, sino que puede ayudar a lidiar con la mucosidad en los oídos. Otras medidas serían las nebulizaciones con suero, o de una manera más casera, aplicar el vapor de agua en las vías aéreas superiores.



En ocasiones, el Otorrinolaringólogo puede optar por recurrir a descongestivos, antiinflamatorios, antibióticos o medicación tópica nasal en función de los hallazgos a la exploración y así garantizar el bienestar del paciente.

Subiendo un escalón: la miringotomía

Cuando a pesar de los esfuerzos no se logra acabar con la mucosidad en los oídos, es hora de valorar si poner en marcha o no tratamientos más invasivos. Es aquí donde entran en escena los procedimientos quirúrgicos, como la miringotomía o drenaje de oídos.

Esta cirugía, llevada a cabo por especialistas en Otorrinolaringología, ha demostrado ser efectiva para deshacerse de la mucosidad en los oídos y poner punto y final a las molestias tanto en niños como en adultos.

Los cirujanos efectúan una incisión de pocos milímetros en la membrana timpánica, obteniendo así un acceso al oído medio a través del cual pueden drenar los mocos. En esta incisión, además, se pueden colocar los tubos de drenaje transtimpánicos, que mantienen abierto el orificio con el objetivo de facilitar el drenaje y garantizar la ventilación.

Estos tubos pueden ser permanentes o temporales. En el último caso, caen solos al cabo de unos meses, sin necesidad de nuevas intervenciones.

La miringotomía es una operación rápida: su duración no tiende a exceder los quince minutos. Dependiendo de la tolerancia y edad del paciente, puede realizarse en quirófano de manera ambulatoria o en consulta. Normalmente se duerme la zona intervenida mediante el uso de anestesia local y, al practicarse en régimen ambulatorio, el paciente puede regresar a su hogar en poco tiempo. No obstante, también es habitual emplear la anestesia general en algunas ocasiones, sobre todo en niños.

La miringotomía se trata de una técnica segura y eficaz que realizamos de manera habitual para combatir la mucosidad en los oídos y recuperar la audición.

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