Los tratamientos variarán en función del grado de cada caso, yendo desde máquinas para la apnea del sueño a diferentes cirugías
Dormir suele ir de la mano de descansar, pero en algunos casos esto no ocurre. Las personas que sufren de apnea del sueño pueden padecer problemas para tener un sueño reparador por culpa de esta dolencia, aunque en la actualidad existen diferentes tratamientos para acabar con la apnea del sueño.
Explicado de manera sencilla, esta alteración del sueño provoca que la respiración del paciente se frene y se reinicie varias veces mientras duerme. Por ello, sus niveles de oxígeno en sangre disminuyen y esto puede provocar hipertensión, problemas cardiovasculares, patologías cerebrovasculares y diabetes. Más allá de enfermedades, la apnea del sueño puede traer consigo problemas de somnolencia y cansancio en el día a día.
La apnea del sueño puede no ser solo un problema para aquel que la padece. Normalmente, esta dolencia viene acompañada de fuertes y continuos ronquidos, muy molestos para personas externas y que pueden derivar en problemas de convivencia y de conciliación del sueño.
Tipos de apnea del sueño
Aunque existen diferentes tipos de apnea del sueño, hay una que destaca por encima de todas: la apnea obstructiva del sueño. Algo más del 14% de la población de España padece este tipo de apnea del sueño. Pero esto no se queda aquí. En los últimos 10 años, la cantidad de ciudadanos que padecen la apnea obstructiva ha aumentado un 45%.
Esta alteración del sueño es debida a la relajación de los músculos de la garganta, lo que provoca mayor resistencia al paso del aire mientras uno duerme. Por tanto, se produce un taponamiento de las vías respiratorias frenando la respiración. El cerebro responde despertándonos para que volvamos a respirar, aunque muchas veces no seamos conscientes de que esto ha ocurrido.
Los síntomas de la apnea obstructiva del sueño son variados. Uno de los más comunes son los ronquidos fuertes, que van de la mano de episodios en los que se detiene la respiración mientras duermes. Otros síntomas serán visibles después de dormir, como puede ser despertarse con la boca seca, dolor de cabeza por las mañanas, irritabilidad o somnolencia diurna excesiva.
Por otro lado, otro tipo de apnea del sueño es la central. Esta ocurre por una disfunción en la comunicación entre el cerebro y los músculos que controlan la respiración. Se trata de una alteración del sueño menos común que la apnea obstructiva del sueño, aunque sus síntomas son muy parecidos. También existe la posibilidad de padecer una apnea combinada de las dos anteriores, conocida como apnea mixta del sueño.
Tratamientos para la apnea del sueño
En primer lugar, el paciente ha de someterse a una prueba para diagnosticar una posible apnea del sueño. Esta prueba se llama poligrafía respiratoria y se basa en monitorizar las constantes vitales del paciente durante la noche. Aunque esta no es la única fórmula de diagnóstico.
El estudio del sueño o polisomnografía es otra de las opciones utilizadas para saber si un paciente padece apnea del sueño. Ha de ser realizada en instalaciones especialmente habilitadas, ya que es necesario registrar la actividad cerebral, respiración, niveles de oxígeno en sangre, el comportamiento de diversos músculos o el ritmo cardiaco.
Tras el diagnóstico de la apnea del sueño es el momento de comenzar un tratamiento. El más común es la utilización de máquinas a la hora de dormir. Se trata de máquinas de presión positiva continua de aire en la vía aérea y que provocan que estas se mantengan abiertas toda la noche, por lo que no se generan apneas. En algunos casos, cuando el paciente no puede utilizar las máquinas con una presión continua, se opta por máquinas BiPAP. Estas suministran diferentes niveles de presión al inhalar y exhalar.
Es realmente importante un buen uso de estas máquinas para que tengan efecto, ya que el empleo ocasional no hará que el paciente mejore.
Aunque es el más común, las máquinas para la apnea del sueño no son el único tratamiento para vencer a esta dolencia. Existen los dispositivos de avance mandibular, que suelen ser utilizados en casos leves. Se trata de un dispositivo creado a la medida del paciente y que tiene como función desplazar la mandíbula inferior hacia delante. Con esto, se evita el colapso de la faringe y se atenúan los síntomas.
En los casos más graves, cuando los tratamientos ya mencionados no han proporcionado una solución, es necesario plantear una cirugía para paliar el problema que provoca la apnea del sueño. El paciente ha de someterse a una endoscopia mediante sedación inducida para que el especialista en Otorrinolaringología pueda observar las alteraciones que provocan la apnea del sueño. Tras esto, deberá decidir qué operación quirúrgica realizar.

Factores de riesgo que provocan la apnea del sueño
La apnea del sueño puede padecerla cualquier persona, pero existen factores de riesgo que aumentan las posibilidades de sufrirla. Normalmente, estos factores están relacionados con el estilo de vida de las personas y mejorándolo se evitan las apneas.
En primer lugar, encontramos el sobrepeso. La respiración puede verse afectada por los depósitos de grasa alrededor de las vías respiratorias y favorecer así la aparición de apnea del sueño. Otro factor relacionado con el estilo de vida es el tabaquismo. Una persona fumadora es más probable que tenga esta afección. Por todo esto, es recomendable realizar cambios en el estilo de vida. Pasando a una dieta equilibrada, eliminando el consumo de tabaco y de alcohol.
También existen factores relacionados con la edad, sexo o antecedentes familiares. Los hombres tienden a ser más propensos a padecer apnea del sueño, al igual que las personas mayores de 60 años. Por otro lado, es posible sufrir apnea del sueño por antecedentes familiares, ya que esta puede ser causada por tener unas vías respiratorias más estrechas de lo habitual.
El diagnóstico y tratamiento de la apnea obstructiva del sueño tiene diversas opciones, por tanto, es necesario acudir a un especialista como el otorrinolaringólogo para evaluar cada caso de manera personaliza y diseñar un tratamiento a medida.


