La cirugía endoscópica de la sinusitis es un tratamiento mínimamente invasivo que mejora la respiración y alivia la sinusitis crónica
Hablar de sinusitis es hablar de algo que afecta a la vida diaria más de lo que parece. Congestión constante, presión en la cara, dolor de cabeza, pérdida del olfato… Cuando estos síntomas se vuelven parte de la rutina, es fácil olvidarse de cómo era respirar bien. Y es justo ahí donde la cirugía endoscópica de la sinusitis puede marcar un antes y un después.
El Dr. Miguel Mayo lo resume de una forma muy sintética: «La cirugía endoscópica ha revolucionado la forma de tratar la sinusitis. Hoy podemos devolver la respiración y el bienestar sin cicatrices ni largos ingresos hospitalarios».
En este artículo te contamos, con un espíritu divulgativo, todo lo que deberías saber antes de dar el paso: cuándo se recomienda, cómo se realiza, qué ventajas tiene y qué puedes esperar después.
1. Qué es exactamente la cirugía endoscópica de la sinusitis
La cirugía endoscópica de la sinusitis —también llamada cirugía endoscópica nasosinusal— es una técnica que ha cambiado radicalmente la forma en la que tratamos los problemas nasales crónicos. No requiere incisiones externas, no deja cicatrices visibles y permite acceder directamente a los senos paranasales a través de las fosas nasales.
En lugar de «abrir» zonas amplias, el cirujano utiliza cámaras de alta definición y microinstrumentos que permiten trabajar con precisión milimétrica dentro de la nariz. Así se eliminan los bloqueos, los pólipos o los tejidos inflamados que impiden el paso normal del aire y el drenaje de las secreciones.
Como explica el Dr. Mayo, «la gran ventaja de esta técnica es que vemos exactamente dónde está el problema. No trabajamos a ciegas: intervenimos solo donde hace falta, cuidando las estructuras sanas y reduciendo al mínimo el trauma quirúrgico».
La diferencia se nota, sobre todo en el postoperatorio. Menos dolor, menos taponamientos y una recuperación mucho más rápida.
2. Cuándo está indicada esta cirugía
No todas las sinusitis necesitan cirugía, y eso es importante tenerlo claro. En la mayoría de los casos, los tratamientos médicos funcionan bien. Pero hay pacientes en los que, pese a los antibióticos, corticoides o lavados nasales, los síntomas vuelven una y otra vez.
Ahí es donde entra en juego la cirugía endoscópica de la sinusitis. Se recomienda cuando el problema se vuelve crónico, cuando hay pólipos nasales que bloquean el paso del aire o cuando el dolor facial y la congestión no dan tregua. También puede ser necesaria si existen alteraciones anatómicas —como desviaciones del tabique— o infecciones que afectan a otras zonas cercanas.
La verdad es que muchos pacientes llegan a consulta tras años de convivir con unas manifestaciones de la sinusitis que no les dejan descansar. Y es que vivir permanentemente con la nariz tapada o sin olfato desgasta física y emocionalmente.
«El momento de operar llega cuando la sinusitis deja de ser un episodio puntual y se convierte en un obstáculo para vivir con normalidad -argumenta el Dr. Mayo-. En esos casos, la cirugía endoscópica devuelve calidad de vida, y eso no tiene precio».
3. Cómo se realiza la cirugía endoscópica de la sinusitis
Aunque la palabra cirugía impone respeto, la realidad es que se trata de una técnica mucho más amable de lo que la mayoría imagina. La cirugía endoscópica de la sinusitis se realiza en quirófano, normalmente con anestesia general, y suele durar entre una y dos horas.
El cirujano introduce un endoscopio —una cámara muy fina con luz— por la fosa nasal. A través de ella, y con ayuda de instrumentos precisos, limpia los senos paranasales, elimina los tejidos inflamados y amplía los orificios naturales de drenaje. Todo sin incisiones externas ni cicatrices visibles.
La recuperación es rápida. Muchos pacientes se van a casa el mismo día o al siguiente. Los primeros días pueden notar algo de congestión o pequeños sangrados, pero desaparecen con el paso del tiempo.
En el postoperatorio, los lavados nasales y las revisiones periódicas son clave. En este sentido, el equipo del Dr Mayo aclara que «el éxito de la cirugía no termina en el quirófano. Cuidar la nariz después es tan importante como la técnica misma. Una buena higiene nasal y el seguimiento médico hacen que los resultados se mantengan durante años».
En su equipo, además, utilizan sistemas de navegación por imagen, una tecnología avanzada que permite planificar cada movimiento con una exactitud extraordinaria. «Es como tener un GPS dentro de la nariz», comenta uno de los miembros del equipo.

4. Ventajas reales frente a la cirugía tradicional
La cirugía endoscópica de la sinusitis ha sustituido casi por completo a las técnicas tradicionales por una razón muy simple: funciona mejor y con menos molestias.
No deja cicatrices, apenas produce dolor y permite volver a la vida normal en pocos días. La precisión del endoscopio reduce el sangrado, acorta la estancia hospitalaria y minimiza el riesgo de complicaciones.
Además, los resultados son duraderos: muchos pacientes notan una mejoría inmediata en la respiración y una reducción drástica de las infecciones.
La verdad es que la diferencia se nota enseguida. Respirar por la nariz sin esfuerzo, recuperar el olfato o poder dormir sin despertarse por la congestión son pequeñas grandes victorias.
«Lo que más emociona a los pacientes es volver a sentir el aire entrar sin resistencia -señala el Dr. Mayo-. Después de años de molestias, poder respirar bien es casi como volver a empezar».
5. Resultados y seguimiento a largo plazo
La cirugía endoscópica de la sinusitis ofrece resultados muy estables cuando se realiza en manos expertas y con un seguimiento adecuado. Tras la operación, los lavados nasales con suero y las revisiones periódicas permiten mantener las cavidades limpias y prevenir recaídas.
Es cierto que la cirugía no elimina para siempre la predisposición a la inflamación, pero sí devuelve la ventilación y el drenaje normal de los senos, lo que mejora notablemente la respuesta a los tratamientos médicos futuros.
Los estudios coinciden: hasta un 90 % de los pacientes con sinusitis crónica refractaria experimentan una mejoría significativa en su calidad de vida tras la intervención. Y no se trata solo de respirar mejor: también mejora el sueño, el rendimiento diario y hasta el estado de ánimo.
Más allá del quirófano: un abordaje integral del paciente
En la práctica, cada caso se analiza con una visión global. No basta con operar el síntoma: hay que entender la causa. Por eso, antes de decidir una cirugía, se estudia al paciente con endoscopias nasales, TAC, pruebas de alergia e incluso evaluaciones inmunológicas cuando es necesario.
«Cada sinusitis tiene su historia. A veces detrás hay una desviación del tabique, otras una alergia mal controlada o una infección persistente. La cirugía endoscópica resuelve el bloqueo, pero lo importante es abordar el problema completo», precisan.
Esa mirada integral —que combina tecnología, experiencia y empatía— es lo que marca la diferencia entre una cirugía más y una solución real y duradera.
En conclusión
La cirugía endoscópica de la sinusitis no es solo una técnica avanzada: es una herramienta que ha devuelto la normalidad a miles de personas que ya habían perdido la esperanza de respirar bien. Es precisa, segura y mínimamente invasiva, y en manos expertas ofrece resultados excelentes.
Al final, más que una intervención quirúrgica, se trata de recuperar algo tan esencial como cotidiano.
Porque cuando uno vuelve a respirar bien… todo cambia.


