Qué es el vértigo posicional: causas, diagnóstico y tratamiento

Para comprender exactamente qué es el vértigo posicional es preciso primero entender que se trata de una condición benigna

¿Alguna vez te has levantado de la cama y, de pronto, el mundo empezó a girar como si estuvieras en una montaña rusa? Esa sensación tan inesperada, breve pero intensa, es la que muchos describen al llegar a consulta. La pregunta en estos casos suele ser la misma: qué es el vértigo posicional y por qué aparece sin previo aviso.

Lo primero que hay que decir es que no hablamos de un simple mareo ni de un pequeño desequilibrio que se pasa en segundos. El vértigo posicional es un trastorno vestibular muy específico que, aunque no es grave, puede complicar mucho la vida cotidiana si no se detecta y se trata bien.

En este artículo queremos ayudarte a entender qué significa realmente este problema, cuáles son sus causas, cómo se diagnostica y qué opciones de tratamiento existen. Al final, nuestro propósito es sencillo: que tengas una guía clara y confiable sobre una de las causas de vértigo más habituales en la consulta de otorrinolaringología.

Entonces, ¿qué es el vértigo posicional?

El vértigo posicional se caracteriza por crisis cortas pero intensas que aparecen con ciertos movimientos de la cabeza. Algo tan cotidiano como girarse en la cama, agacharse a recoger un objeto o mirar hacia arriba para alcanzar un estante puede desencadenarlo. En apenas unos segundos, la persona siente que todo gira a su alrededor, lo que provoca inseguridad, miedo a perder el equilibrio y, en ocasiones, nauseas y vómitos.

Cuando alguien pregunta qué es el vértigo posicional, solemos explicarlo con esta imagen: en el oído interno tenemos diminutos cristales de calcio —los famosos otolitos— que ayudan a mantener el equilibrio.

A veces se desprenden de donde deberían estar y se cuelan en los canales semicirculares, estructuras que detectan los giros de la cabeza. Eso confunde al cerebro, que interpreta un movimiento brusco que en realidad no existe. ¿El resultado? La sensación de que el mundo da vueltas aunque tú estés quieto.

En medicina lo llamamos vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB). Y aunque el nombre impresiona, lo cierto es que se trata de una condición benigna: no es peligrosa para la vida, pero sí puede ser muy molesta si no se aborda de la forma correcta.

Causas: por qué aparece el vértigo posicional

Una vez entendido qué es el vértigo posicional, la gran duda es: ¿por qué ocurre? Pues bien, la verdad es que no siempre hay una causa clara, pero sí se conocen factores que lo favorecen.

Muchas veces aparece sin motivo aparente, sobre todo en mayores de 50 años, ya que con la edad las estructuras del oído interno se van desgastando y los otolitos se desprenden con mayor facilidad. Pero hay otras situaciones que pueden actuar como desencadenantes:

  • Golpes en la cabeza. Un traumatismo puede alterar el oído interno.
  • Infecciones previas. Algunas otitis o inflamaciones dejan pequeñas secuelas en el sistema vestibular.
  • Reposo prolongado o cirugías. Estar mucho tiempo inmóvil también puede provocar que los cristales se muevan.
  • Problemas metabólicos o circulatorios. Como la diabetes o ciertas alteraciones vasculares que afectan al equilibrio.

Y algo importante: a veces el vértigo posicional convive con otras patologías del oído o del sistema nervioso, lo que complica un poco el diagnóstico. Por eso, si los episodios son recurrentes o interfieren en tu vida, lo más sensato es consultar con un especialista.

Síntomas: mucho más que un mareo

Quien lo ha vivido sabe que el vértigo posicional no se parece al mareo que sentimos en un viaje en coche. Es mucho más desconcertante. Durante unos segundos tienes la sensación de que el suelo se mueve bajo tus pies o que las paredes giran a tu alrededor. Como una breve pesadilla de la que cuesta reaccionar.

Además, suele venir acompañado de otros síntomas:

  • Náuseas, a veces incluso vómitos.
  • Pérdida momentánea de equilibrio.
  • Inseguridad para caminar después del episodio.
  • Ansiedad o miedo a que vuelva a ocurrir.

La clave está en que estos episodios son muy cortos, suelen durar menos de un minuto, y aparecen siempre con movimientos concretos. Ese detalle es lo que ayuda al médico a diferenciarlo de otros tipos de vértigo.

Paciente con vértigo posicional se enfrenta a un episodio de mareos

Diagnóstico: cómo saber si realmente es vértigo posicional

El diagnóstico del vértigo posicional, en la mayoría de los casos, es clínico. Esto significa que no hacen falta grandes pruebas para identificarlo.

El otorrinolaringólogo escucha al paciente, analiza los síntomas y realiza maniobras específicas que reproducen el vértigo. Una de las más conocidas es la maniobra de Dix-Hallpike, que consiste en tumbar al paciente rápidamente con la cabeza girada a un lado. Si en ese momento aparecen el vértigo y un movimiento ocular típico (el llamado nistagmo), la sospecha se confirma.

En algunos casos poco claros, se pueden pedir pruebas complementarias como estudios vestibulares o imágenes, pero la verdad es que en la mayoría de los pacientes el cuadro clínico ya da la respuesta.

Tratamiento del vértigo posicional: soluciones que funcionan

Aquí viene la parte esperanzadora. Entender qué es el vértigo posicional no solo ayuda a perderle el miedo, sino también a descubrir que el tratamiento es muy eficaz y, en la mayoría de los casos, sencillo.

La base del tratamiento son las maniobras de reposicionamiento, siendo la más conocida la maniobra de Epley. Consiste en guiar la cabeza y el cuerpo a través de una serie de movimientos calculados para que los otolitos regresen a su lugar. Lo sorprendente es que, en muchos casos, con una o dos sesiones el problema desaparece.

Algunos pacientes necesitan repetirlas si los síntomas vuelven, pero en general los resultados son muy buenos. Eso sí, después del tratamiento se recomienda evitar movimientos bruscos y, a veces, dormir con la cabeza un poco elevada.

Cuando los episodios son muy persistentes, también existe la rehabilitación vestibular, un conjunto de ejercicios que entrenan al sistema de equilibrio. La cirugía se reserva únicamente para casos extremos, lo cual es poco frecuente.

Además, recientemente un equipo de investigadores gallegos ha desarrollado una nueva tecnología que permite individualizar la terapia a las características específicas únicas del oído de cada paciente. Un tratamiento personalizado del vértigo posicional con IA que muestra resultados prometedores.

Consejos para convivir con el vértigo posicional

Aunque el tratamiento suele funcionar rápido, es normal que quede el miedo a que el vértigo reaparezca. Por eso conviene tener en cuenta algunos consejos prácticos:

  • Evita giros bruscos de la cabeza o levantarte de golpe.
  • Usa una o dos almohadas para dormir con la cabeza más elevada.
  • Haz revisiones periódicas si los episodios se repiten.
  • Y, muy importante, no tomes medicación por tu cuenta.

Al final, lo más importante es no dejar que el miedo controle tu vida. Entender qué es el vértigo posicional, saber que no es grave y conocer que las opciones de tratamiento devuelven al paciente la seguridad de que se puede vivir sin esa amenaza constante.

En conclusión

El vértigo posicional es una de las causas más comunes de mareo que vemos en la consulta de otorrinolaringología. Aunque pueda sonar alarmante, lo cierto es que tiene un diagnóstico claro y un tratamiento muy efectivo. Saber qué es el vértigo posicional, identificar sus síntomas y acudir a un especialista son pasos clave para recuperar la calma y volver a la vida normal.

Y es que, al final, entender lo que nos pasa no solo aclara dudas, también nos da confianza. Si alguna vez notas que el mundo empieza a girar sin motivo, recuerda: no es un simple mareo, puede ser vértigo posicional. Y con el tratamiento adecuado, la buena noticia es que tiene solución.

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