Acúfenos cervicales: por qué aparecen y cómo se tratan

Los acúfenos cervicales se perciben mejor durante las noches

La tensión, las lesiones y las contracturas en el cuello pueden dar lugar a los acúfenos cervicales, caracterizados por una sensación de pitidos o zumbidos en uno o ambos oídos

El silencio. Tan normalizado por la mayoría de personas. Y tan deseado por aquellas con acúfenos cervicales. Los pacientes con tinnitus escuchan sonidos y ruidos que, en lugar de proceder de una fuente externa, provienen del interior de su oído. Acabar con ellos puede ser un auténtico reto.

Esta sensación de zumbidos, pitidos o “interferencias eléctricas” resulta muy familiar para una gran cantidad de personas. Un estudio publicado en la revista JAMA Neurology asegura que más del 14 % de la población mundial (alrededor de 740 millones de personas) padece o ha padecido tinnitus en algún momento de su vida, con los cuadros graves rondando el 2 %.

A pesar de que la incidencia no presenta grandes diferencias a nivel de género, sí que aumenta significativamente conforme avanza la edad, puesto que el sistema auditivo se va deteriorando con el paso del tiempo.

El término tinnitus, por su parte, encuentra su origen en el latín. Procede del vocablo tinnere, que significa tintinear. Una referencia a la sensación experimentada por los pacientes, ya sea en uno o ambos oídos. Una sensación muy molesta que puede desaparecer al cabo de un tiempo o, por la contra, convertirse en permanente.

Por qué se producen los acúfenos cervicales

Detrás de los acúfenos puede haber multitud de causas, agrupadas en dos grandes categorías. Por un lado, se encuentran las causas óticas: aquellas que están directamente relacionadas con el oído, como las infecciones, los tapones de cera, las lesiones en el oído interno, la pérdida de audición…

Por otro lado, existen una serie de causas extraóticas: aquellas que no se deben a problemas del oído, sino a factores externos, como el estrés o la exposición a ruidos muy fuertes. Uno de los ejemplos más habituales es la sensación de pitido en el oído que puede aparecer al salir de un concierto o una discoteca.

En otras ocasiones, el origen se halla en la mandíbula, cuello o las cervicales. Así nacen los acúfenos somatosensoriales, que suelen venir acompañados de dolor de cabeza. Y es justamente en esta categoría en la que se enmarcan los acúfenos cervicales.

Pero, ¿a qué se debe esta relación entre cuello y oído? La respuesta está en el sistema nervioso central, donde convergen la información auditiva y la información de la posición cervical. Por este motivo, las lesiones en la zona de las cervicales o los malos hábitos posturales pueden originar o agravar los acúfenos, cuya intensidad también puede variar en función de la posición o los movimientos del cuello.

Los acúfenos cervicales puede causar molestias muy severas en los pacientes

Los problemas cervicales, a la orden del día

Los acúfenos cervicales son, como se suele decir, una afección hija de su época.

En los últimos años se ha producido un cambio radical en los estilos de vida. El sedentarismo está cada vez más arraigado, no solo debido al trabajo en las oficinas, sino también a las actividades que se realizan durante el tiempo libre. Las personas pasan mucho tiempo sentadas delante de pantallas, y ni siquiera los más pequeños están exentos de esta situación: se estima que los niños están una media de cuatro horas diarias en sus hogares frente a dispositivos electrónicos.

Esto se suele traducir en posturas inadecuadas, muy perjudiciales tanto para la espalda como para el cuello, lo que genera tensión y contracturas en esas áreas. A su vez, hay otros factores que contribuyen a un mayor empeoramiento, como la disminución de la práctica de ejercicio y las malas posturas al dormir.

El precio a pagar de la mala higiene postural es muy elevado. Además de tensionar una zona tan delicada, también se produce una pérdida de masa muscular, un aumento de la presión sobre los discos de la columna, un incremento de los dolores de cabeza, cuello y espalda y, por último, una elevación del riesgo de padecer acúfenos cervicales.

El diagnóstico de los acúfenos cervicales

Cualquier persona que experimente este tipo de síntomas, que pudiera coincidir con el de los acúfenos cervicales, debería consultar con un especialista en Otorrinolaringología. Normalmente, el tinnitus se percibe mejor por las noches debido a la falta de ruidos en el entorno, por lo que es recomendable prestar especial atención en esos momentos y, si se detecta algún sonido alarmante, buscar ayuda profesional.

Otros signos que pueden servir de ayuda a la hora de detectarlos son la presencia de puntos gatillo en los músculos próximos al oído o el cuello, así como el aumento de la tensión en los músculos suboccipitales o los músculos extensores de las cervicales.

Es necesario realizar una historia clínica y exploración física detallada con el fin de dilucidar si realmente se trata de acúfenos cervicales. Se suele interrogar sobre las características de estos sonidos (agudos, graves, continuos, fluctuantes, pulsátiles…), si están acompañados de dolor de cabeza y/o espalda o si se sufre algún tipo de problema en la zona cervical. Además, es frecuente realizar diferentes pruebas para tratar de descartar otras posibles afecciones del oído.

Los acúfenos cervicales pueden generar molestias muy considerables y afectar severamente a la calidad de vida de los pacientes. No obstante, si se descubren de forma temprana será más sencillo ponerles un freno.

Cómo tratar los acúfenos cervicales

Cuando los especialistas en Otorrinolaringología por fin han confirmado el diagnóstico de los acúfenos cervicales, llega el momento de diseñar el tratamiento más adecuado para hacerles frente y recuperar el bienestar. Una misión en la que el abordaje multidisciplinar resulta crucial, con la implicación de tres áreas.



Para comenzar, los especialistas en Fisioterapia trabajan con los músculos de la espalda y la cervical para corregir los problemas que pueda haber y así aliviar la tensión y las contracturas. Asimismo, suelen recomendar ejercicios y hábitos posturales saludables que ayudan a disminuir el malestar.

A veces, el estrés agrava sustancialmente los acúfenos cervicales. Si este es el caso, es conveniente consultar la situación con un especialista en Psicología, que guiará al paciente para abordar y manejar de forma más saludable los diferentes factores que le provocan estrés o ansiedad, y que empeoran su estado emocional.

Por último, los especialistas en Otorrinolaringología pueden poner en marcha diferentes tratamientos, como las terapias de estimulación cerebral (que utilizan los impulsos eléctricos para intentar que el cerebro deje de detectar los acúfenos), las terapias sonoras (que emplean inhibidores de sonidos o máquinas de ruido blanco para mitigar los acúfenos hasta que no sean perceptibles) o las terapias TENS (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea) sobre la musculatura del cuello con el fin de reducir molestias y relajar la zona.

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