Todo lo que debes saber antes de la operación de pólipos nasales

La operación de pólipos nasales se lleva a cabo cuando los fármacos no resultan efectivos

Durante la operación de pólipos nasales, que puede realizarse de forma mínimamente invasiva, se extraen estas lesiones o tumores de los senos paranasales con el fin de mitigar las molestias que sufren los pacientes

Mucosidad, congestión, pérdida de olfato, sensación de presión o dolor en el rostro… Detrás de este conjunto de síntomas podría esconderse, entre otras afecciones, la poliposis nasal. Y muchas veces la única solución definitiva para hacer frente a esta enfermedad es la operación de pólipos nasales.

Los pólipos son unos crecimientos anormales y de color blanquecino que se desarrollan en la mucosa de los senos paranasales. Son blandos y, cuando se inflaman, crecen de tamaño, acumulan líquido en su interior y aumentan la producción de mucosidad.

Pero lo más importante es, sin duda, su carácter benigno. A pesar de que la aparición de estos tumores podría suscitar cierta preocupación, no se malignizan, aunque sí provocan un deterioro grave de la salud y la calidad de vida del paciente.

Si bien no suelen causar dolor, sí que desencadenan multitud de molestias. Una serie de manifestaciones muy generales, que supone un verdadero obstáculo a la hora de identificarlos. De hecho, en ocasiones podrían confundirse con un resfriado, sobre todo cuando sus dimensiones no son muy considerables. Si aumentan de tamaño podrían llegar a bloquear la vía aérea, intensificando la rinorrea, dando pie a dolores de cabeza o anosmia y ageusia (la pérdida del olfato y del gusto) e, incluso, derivando en una sinusitis crónica.

A pesar de que no se conocen sus causas con exactitud, se cree que hay algunos factores que ejercen cierta influencia a la hora de favorecer la formación e inflamación de los pólipos, como el asma, las alergias, las infecciones o la sensibilización a la aspirina.

El impacto de estos tumores en la calidad de vida de las personas afectadas puede llegar a ser muy negativo, pues estas podrían enfrentarse a serias dificultades durante actos tan simples como respirar, dormir, conducir o hacer deporte. Ante estas situaciones, es necesario llevar a cabo la operación de pólipos nasales para mejorar los síntomas y recuperar el bienestar.

El primer paso: el tratamiento farmacológico

Cuando se presenta un cuadro sintomático similar al descrito anteriormente, es aconsejable ponerse en manos de un profesional de la salud. Y, más concretamente, de un especialista en Otorrinolaringología.



Estos confirmarán el diagnóstico de los pólipos nasales con la ayuda del rinoscopio, la endoscopia u otras pruebas de imagen como la tomografía axial computarizada, que proporciona información muy detallada acerca del tamaño, la ubicación y la gravedad de estas malformaciones.

Si bien es indiscutible que la operación de pólipos nasales es la medida más eficaz para aliviar el malestar, antes de ponerla en práctica se deben barajar otras alternativas como, por ejemplo, el tratamiento farmacológico.

Cuando el tamaño de los pólipos no es muy significativo o los síntomas no son muy graves, la administración de corticoides por vía oral o nasal puede bastar para combatirlos. Por otro lado, si se detecta una infección es habitual recetar antibióticos para ponerle freno, y si hay síntomas de alergia suelen recomendarse antihistamínicos.

Con todo, los medicamentos no siempre son suficientes. Si la obstrucción continúa y las molestias se intensifican, entra en escena la operación de pólipos nasales.

Los especialistas en Otorrinolaringología son los encargados de realizar la operación de pólipos nasales

Cómo se lleva a cabo la operación de pólipos nasales

El tratamiento quirúrgico para extraer los pólipos es la cirugía endoscópica de senos paranasales. Una técnica cuya utilidad no se limita a la resección de estos crecimientos: también se emplea para tratar otras patologías como la sinusitis crónica.

Estos procedimientos deben estar coordinados por especialistas en Otorrinolaringología con experiencia en intervenciones de esta naturaleza, como el doctor Miguel Mayo. Aunque la operación de pólipos nasales no entraña un alto nivel de riesgo, el bagaje previo es una de las garantías de éxito más sólidas.

Para comenzar, los cirujanos realizan una incisión en la cavidad nasal. A través de ella se introduce el instrumental quirúrgico y el endoscopio, gracias al cual es posible visualizar los senos paranasales con todo lujo de detalles.

A continuación, se extraen y retiran los tumores, se mejora la apertura y drenaje de los senos paranasales, y se limpia el área infectada para atenuar los síntomas que atormentan a las personas afectadas. Un proceso delicado en el que se tienen que respetar al máximo las zonas de alrededor, con el objetivo de evitar cualquier daño y garantizar la buena función respiratoria.

La duración de la operación de pólipos nasales puede variar: normalmente fluctúa entre una y tres horas, y se recurre a la anestesia general para dormir a los pacientes. Además, el abordaje mínimamente invasivo que caracteriza a la endoscopia nasosinusal convierte a esta cirugía en un procedimiento ambulatorio que no produce cicatrices ni resultados visibles, dado que todo se efectúa a través de los orificios nasales.

La recuperación tras la operación de pólipos nasales

A pesar de que depende del estado de cada persona y la gravedad de su cuadro, la vuelta a la normalidad suele ser bastante rápida. Algunos pacientes reciben el alta hospitalaria el mismo día de la operación de pólipos nasales, pudiendo regresar a su hogar al cabo de unas horas. Otros, en cambio, deben permanecer un par de días bajo supervisión médica, quedando ingresados para que los médicos puedan monitorizar de cerca su evolución.

El postoperatorio tampoco es un proceso arduo. Los especialistas suelen recomendar los lavados con soluciones salinas para estimular la recuperación. Si se cumplen todas las indicaciones, generalmente en un par de semanas es posible retomar la vida habitual. Aun así, es frecuente sufrir cierto malestar durante los primeros días, como presión facial, dolor de cabeza, taponamiento o sangrados autolimitados.

No obstante, hay que tener presente que esta solución no siempre es definitiva. En ocasiones, los pólipos podrían aparecer de nuevo pasado un tiempo tras la operación de pólipos nasales. Por este motivo, los profesionales de la salud hacen un seguimiento estrecho con revisiones periódicas y, si lo consideran necesario, ponen en marcha un tratamiento basado en corticoides nasales, nuevas terapias biológicas o nuevas intervenciones.

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