Causas del vértigo: ¿Por qué nos falla el equilibrio?

Las causas del vértigo suelen estar relacionadas con problemas en el oído interno, donde se regula la percepción del equilibrio

Las causas del vértigo más frecuentes están relacionadas con problemas en el oído interno, donde se regula la percepción del equilibrio

Intentar mantenerse en pie cuando la habitación gira a tu alrededor es misión imposible. No hablamos de una atracción de feria, sino de la sensación que experimentamos cuando el sentido del equilibrio nos falla. Entre las causas del vértigo, los problemas en el oído interno son los más frecuentes.

El vértigo no supone un riesgo para la vida del paciente, quitando la posibilidad de una caída desafortunada, pero reduce considerablemente la calidad de vida. Por ello, identificar rápidamente las causas del vértigo e iniciar el tratamiento adecuado es de vital importancia.

En este artículo, explicamos por qué se producen las crisis de vértigo, cuáles pueden ser las diferentes causas del vértigo, y cómo se diagnostican y tratan los trastornos del equilibrio.

¿Qué es el vértigo?

El vértigo es una sensación ficticia de movimiento. Nuestro cuerpo nos hace creer que nos estamos cayendo, o que la habitación en la que estamos se está inclinando, cuando no es cierto.

La sensación específica varía. Puede afectar al propio cuerpo o al entorno (me parece que me muevo yo o que se mueve el mundo alrededor de mí) y en formas diferentes: movimiento giratorio, balanceo o desplazamiento.

Esta desorientación provoca una pérdida de equilibrio que puede causar caídas, mareos y náuseas. Otros síntomas habituales durante una crisis de vértigo son sudoración, taquicardia, acúfenos y nistagmo. Este último se refiere a un movimiento rápido, repetitivo e involuntario de los ojos.

Las crisis de vértigo pueden durar desde unos segundos hasta varias horas, dependiendo de las causas del vértigo. Afectan por igual a hombres y mujeres de todas las edades, incluso en la infancia, aunque tienden a ser más frecuentes a edades más avanzadas.

Los vértigos son motivo habitual de consulta, tanto en urgencias como en atención primaria y especializada. La Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL-CCC) estima que ocho de cada diez personas han sufrido un episodio de vértigo en algún momento de su vida.

Cuáles son las principales causas del vértigo

Las causas del vértigo más habituales se pueden clasificar en dos grandes grupos, en función del origen del problema:

  • Vértigo periférico: En la gran mayoría de los casos, las causas del vértigo están relacionadas con las estructuras del oído interno responsables de la percepción del equilibrio, como el sistema vestibular.
  • Vértigo central: Cuando el origen está en un problema en el cerebro, donde se interpretan las señales recibidas desde el oído y se envían los estímulos para posicionar el cuerpo en relación al entorno.

En ocasiones, las tensiones o daños en los músculos del cuello tras un latigazo o esguince, pueden causar mareos cervicales, comúnmente llamados vértigos cervicales. Este es un síntoma que se resuelve al mejorar la lesión muscular.

Las causas del vértigo central, el originado en el cerebro, son múltiples. Este tipo de trastorno del equilibrio puede estar provocado por enfermedades como la esclerosis múltiple o patologías cerebrovasculares, tumores benignos o cancerígenos, el consumo de ciertos fármacos (como anticonvulsivos o ácido acetilsalicílico) o algunos tipos de migraña, como la migraña vestibular.

Independientemente de las causas del vértigo, uno de los síntomas comunes la percepción de que todo gira alrededor

A continuación, vemos en detalle las principales causas del vértigo periférico, el de mayor incidencia entre la población, que tiene que ver con patologías del oído interno.

Vértigo posicional paroxístico benigno

El vértigo paroxístico benigno es, con diferencia, la más frecuente de las causas del vértigo que llegan a consulta. Este tipo de trastorno del equilibrio suele aparecer al mover la cabeza y provoca la sensación de que todo da vueltas a nuestro alrededor durante unos segundos.

El origen del problema, en este caso, está en el sistema vestibular. Es una parte del laberinto, en el oído interno, que se encarga de regular la percepción del equilibrio.

El sistema vestibular es una estructura formada por dos esferas y tres canales semicirculares rellenos de líquido y ricos en receptores nerviosos. Estos captan los movimientos del líquido y calculan la posición del cuerpo en las tres dimensiones en relación a la gravedad.

Cuando los otolitos, unas piedrecitas de calcio alojadas en el laberinto, se desplazan hacia los canales, interfieren en los receptores nerviosos y generan brevemente una falsa sensación de movimiento.

Estos desplazamientos se producen al mover la cabeza, pero no está del todo claro por qué ocurren en primer lugar. Las posibles causas del vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) podrían estar relacionadas con traumatismos craneales o cirugías de oído. También es más frecuente en edades más avanzadas.

Enfermedad de Ménière

Entre las causas del vértigo originadas en el oído interno destaca la enfermedad de Ménière. Esta dolencia, normalmente, afecta a un solo oído y provoca crisis de vértigo de frecuencia variable, además de pérdida auditiva y acúfenos.

En la enfermedad de Ménière, el vértigo aparece debido a una descompensación en los líquidos del laberinto, donde se encuentra el sistema vestibular, que altera la correcta percepción del equilibrio.

Se desconocen los desencadenantes de esta dolencia. Los investigadores médicos creen que puede estar causada por un aumento de presión en el oído interno o la constricción de los vasos sanguíneos, como las migrañas. Otras teorías apuntan a trastornos autoinmunes, alergias o infecciones virales, así como un posible componente genético.

Neuritis vestibular

La inflamación del nervio vestibular es otra de las causas del vértigo más habituales. La neuritis vestibular provoca una sensación de vértigo súbita e intensa que se prolonga durante horas o incluso días, mejorando gradualmente. También es habitual que cause nistagmo, movimiento irregular de ojos.

El nervio vestibular tiene la función de transmitir la información sobre el equilibrio recabada en el sistema vestibular hasta el cerebro. Cuando el nervio está inflamado, se interrumpe el flujo de información y perdemos la capacidad de mantener el equilibrio, fijar la mirada en un punto o movernos con coordinación.

La neuritis vestibular puede estar desencadenada por una infección viral o bacteriana. El caso más frecuente es a consecuencia de los virus de varicela y herpes zóster. En ocasiones, puede estar relacionado con traumatismos craneales, enfermedades autoinmunes o problemas circulatorios.

Laberintitis

Como hemos visto, el laberinto aloja el sistema vestibular, responsable de la percepción del equilibrio, por lo que una inflamación de esta parte del oído interno está entre las causas del vértigo más comunes.
La inflamación del laberinto puede deberse a una infección bacteriana o vírica: una complicación de enfermedades como el sarampión, una otitis, la gripe o la varicela.

Diagnóstico y tratamiento del vértigo

Ante la variedad de posibles causas del vértigo, el primer paso para un tratamiento efectivo es obtener un diagnóstico preciso en manos de un especialista médico en otorrinolaringología u otoneurología.

El diagnóstico de los pacientes con vértigos está limitado por la dificultad de acceso directo al oído interno, por lo que la mayoría de las pruebas están enfocadas a medir los síntomas.

La videonistagmografía y la vHIT monitorean los movimientos oculares para detectar nistagmo o descartar causas neurológicas; la posturografía y la prueba rotatoria analizan el equilibrio del paciente; los Potenciales Evocados Miogénicos Vestibulares (VEMP) miden la respuesta muscular ante estímulos sonoros para evaluar la función del sistema vestibular.

También se pueden realizar resonancias magnéticas para evaluar el cerebro, el conducto auditivo interno o el sistema vestibular.

Una vez identificada la patología que desencadena las crisis, el tratamiento del vértigo puede abordarse con terapia, fármacos o incluso cirugía, dependiendo de las causas del vértigo y de la gravedad de la situación del paciente.

La crisis aguda de vértigo suele tratarse con fármacos para sedar el oído interno y disminuir la sensación de vértigo, así como medicación para las náuseas. Para aliviar los síntomas durante una crisis de vértigo, es recomendable tumbarse, evitar cambios bruscos de posición y controlar la ansiedad hasta que los síntomas empiecen a remitir.

El vértigo posicional paroxístico benigno, el más común, se trata con terapia para reposicionar los otolitos desplazados. El resto de vértigos periféricos suelen responder bien al tratamiento farmacológico.

Solo en los casos más extremos se consideran intervenciones quirúrgicas como la neurotomía vestibular o la laberintectomía, porque curan el vértigo pero causan pérdida auditiva o sordera.

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