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La cirugía es una opción aconsejable en ciertos casos de apnea obstructiva del sueño y para pacientes que no toleran la terapia con mascarillas CPAP
Dejar de respirar mientras dormimos es uno de los efectos más angustiosos del síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (AOS), especialmente para quienes comparten cama con la persona afectada.
Ellos también sufren los ronquidos asociados a esta enfermedad respiratoria que afecta a 7 millones de españoles, según los datos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC). La cifra se ha duplicado en la última década ligada al aumento de la obesidad, el principal factor de riesgo para la AOS.
La apnea del sueño es una seria condición médica que eleva la probabilidad de sufrir episodios cardiovasculares, diabetes, enfermedades coronarias e incluso accidentes de tráfico y laborales por somnolencia.
Cuando los síntomas no remiten con el cambio de hábitos y el uso de máquinas de respiración como la CPAP, un médico especialista en Otorrinolaringología puede recomendar una operación de apnea del sueño. En este artículo, exploramos las opciones quirúrgicas para tratar la AOS. Pero antes, vemos qué causa la apnea del sueño y cómo la cirugía puede solucionar el problema.
¿Qué es la apnea del sueño?
La apnea del sueño se produce cuando el paciente deja de respirar por períodos de 10 segundos o más mientras duerme. La condición es más grave cuanto mayor es la frecuencia de las paradas. Otro síntoma común, y más fácilmente detectable, son los ronquidos intensos y frecuentes.
Existen tres tipos de apnea del sueño:
- La Apnea Obstructiva del Sueño (AOS) es la más frecuente. Se produce cuando los músculos de la garganta y la lengua se relajan demasiado al dormir y, al inspirar, se cierra la vía respiratoria. Al detectar el problema, el cerebro fuerza un microdespertar para reactivar la respiración. El paciente no es consciente de ello, pero supone una interrupción de su descanso y de los ciclos de sueño.
- La Apnea Central del Sueño es poco habitual. El origen del problema no es muscular, sino del sistema nervioso. En el cerebro, el tronco del encéfalo no envía las señales correctas para una respiración adecuada al dormir.
- La Apnea Mixta del Sueño es una combinación de las dos anteriores y su incidencia es extremadamente baja.
La operación de apnea del sueño es una opción viable en casos de AOS, pero la solución quirúrgica más adecuada dependerá del origen de la obstrucción respiratoria y de las condiciones específicas del paciente.
Riesgos para la salud
La AOS es una de las alteraciones del sueño que más riesgos entraña para la salud como consecuencia, principalmente, de la hipoxemia o reducción en los niveles de oxígeno en sangre.
Las continuas pausas respiratorias hacen que llegue menos oxígeno al torrente sanguíneo durante las horas en las que el paciente está dormido. Cuanto más grave es el síndrome de apnea del sueño, más interrupciones se producen en la respiración y, por tanto, menos oxígeno recibe el cuerpo.
La hipoxemia provoca una elevación de la presión arterial en un esfuerzo por suplir esta carencia con entregas mayores y más rápidas. Así, los pacientes con AOS tienen más probabilidad de desarrollar problemas cardiovasculares como hipertensión, insuficiencias cardíacas, enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares.
La baja saturación de oxígeno también es un factor de riesgo para la diabetes de tipo 2, ya que se ha vinculado con una mayor resistencia a la insulina. La situación empeora si el paciente tiene sobrepeso u obesidad.
Además, las constantes interrupciones del sueño, aunque se produzcan de forma fugaz e inconsciente, impiden un descanso profundo. Es habitual sentir cansancio, hipersomnolencia y dificultad para concentrarse durante el día, lo que puede derivar en accidentes laborales o de tráfico.
La importancia de un diagnóstico temprano
La Sociedad Española de Otorrinolaringología calcula que puede haber unos 2 millones de casos sin diagnosticar en nuestro país. Muchas personas no son conscientes de que dejan de respirar mientras duermen y no les dan más importancia a los ronquidos.

Ante la duda, es importante acudir al otorrinolaringólogo para realizar una prueba diagnóstica. Puede tratarse de un estudio del sueño, un examen en detalle que debe hacerse en clínica, o una poligrafía respiratoria con un dispositivo portátil que puede monitorizar la respiración del paciente dormido en su propia casa.
Con los resultados de las pruebas diagnósticas, el especialista médico recomendará el tratamiento adecuado a la gravedad de la situación: desde un cambio de hábitos y tratamientos no quirúrgicos, hasta una operación de apnea del sueño en los casos más graves.
En caso de optar por una intervención quirúrgica, es habitual realizar una endoscopia del sueño bajo sedación inducida (DISE) antes de la cirugía para observar en detalle la causa de la obstrucción de las vías respiratorias.
Tipos de operación de apnea del sueño
Existen varias opciones para tratar la AOS en quirófano. Un médico especialista en Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello debe valorar el caso concreto y, en función de la gravedad y las circunstancias específicas del paciente, recomendará la operación de apnea del sueño más adecuada.
Las tres cirugías más comunes para tratar la AOS son:
Faringoplastias
La faringoplastia es un procedimiento quirúrgico que se realiza para tratar los ronquidos crónicos y la AOS causada por un exceso de tejido blando en la parte posterior de la garganta.
Durante la faringoplastia, el cirujano puede realizar una serie de técnicas para reducir el exceso de tejido, aumentar su firmeza y agrandar las vías respiratorias superiores, lo que ayuda a mejorar la respiración durante el sueño. De esta manera, el aire puede pasar con mayor facilidad y no provoca la vibración de los tejidos y, por ende, los ronquidos.
Puede realizarse mediante láser de tejido blando, tratándose de una operación de apnea del sueño versátil, ya que permite intervenir en diferentes partes del paladar blando y de los lados de la garganta, la úvula, las adenoides (o vegetaciones) y las amígdalas. Esta última se conoce como amigdalectomía.
Avance maxilomandibular o cirugía ortognática
La cirugía ortognática es un procedimiento quirúrgico que se realiza para corregir anomalías en la posición de los huesos de la mandíbula y la cara, con el objetivo de mejorar la función masticatoria, la estética facial y la función respiratoria. Al desplazar hacia adelante la mandíbula y/o el maxilar superior para crear más espacio tras la lengua y el paladar blando, se aumenta el tamaño de las vías respiratorias.
Este tipo de cirugía se realiza en colaboración con un ortodoncista y, generalmente, se considera parte de un tratamiento ortodóncico completo cuya realización requiere de un diagnóstico correcto de ronquido o AOS.
Esta complicada operación de apnea del sueño tiene muy buenos resultados, pero requiere de un período de recuperación más largo e incómodo para el paciente que puede variar según la complejidad del caso. Suele implicar hinchazón facial, malestar y una dieta blanda durante algunas semanas, y la mandíbula debe permanecer inmovilizada para garantizar una correcta sanación.
Implante de un estimulador del nervio hipogloso
La solución más novedosa a la hora de realizar una operación de apnea del sueño es la implantación de un estimulador del nervio que controla el movimiento de la lengua.
Mediante técnicas de cirugía mínimamente invasiva, se realiza una pequeña incisión bajo la mandíbula y se instala un mecanismo similar a un marcapasos. Este implante envía impulsos eléctricos al nervio hipogloso para contraer los músculos de la lengua y mantener abiertas las vías respiratorias.
Este tipo de intervención facilita una recuperación rápida y con escaso dolor para el paciente. Tras un período prudencial para garantizar la curación de los tejidos circundantes, unas pocas semanas, se activa el estimulador y se comprueban los resultados.
Otros procedimientos quirúrgicos
Existen más opciones para la operación de apnea del sueño, como la suspensión del hueso hioides desde la mandíbula o el avance del geniogloso. En ocasiones, una septoplastia o rinoseptoplastia puede contribuir a mejorar una apnea del sueño, al enderezar un tabique nasal desviado que estaba bloqueando el flujo de aire al inspirar.
¿Cuándo se recomienda la operación de apnea del sueño?
La operación de apnea del sueño se recomienda como último recurso, en casos graves, cuando otros tratamientos han resultado inefectivos o insuficientes. Siempre, con diagnóstico médico de AOS y bajo la supervisión de un especialista en Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.
Antes de recurrir a una operación de apnea del sueño, muchos pacientes consiguen controlar la enfermedad con terapia de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP, por sus siglas en inglés). Se administra mediante máquinas para la apnea del sueño que insuflan aire a presión a través de una mascarilla mientras el paciente duerme.
En casos leves, un dispositivo de avance mandibular (DAM) hecho a medida puede ser suficiente para corregir la postura de la mandíbula y mantener las vías respiratorias abiertas al dormir.
El estilo de vida tiene gran influencia en la salud. Un cambio de hábitos puede ser suficiente para curar los casos más leves de AOS. Mantener un peso saludable, evitar el alcohol y las comidas copiosas antes de irse a dormir, abandonar el tabaco y hacer ejercicio para tonificar los músculos son medidas que ayudan a mejorar la apnea del sueño.